El uso de Internet en nuestras vidas se ha vuelto algo imprescindible. Actualmente, podemos decir que Internet es como un gran mundo virtual. Pues detrás de cada dispositivo, hay un individuo. Por tanto, como dice Acuña (2008), se trata de una intercomunicación de millones de personas (usuarios) alrededor de todo el mundo.
Antiguamente, existía una gran brecha generacional entre los profesores y los alumnos. Pues cada uno tienen diferentes concepciones y visiones. Sin embargo, a día de hoy, además hay una gran brecha digital, pues existen diferencias en cuento al uso, manejo y acceso de las TIC.
Si esto, lo trasladamos al aula, parece que Internet no interviene en el proceso de enseñanza-aprendizaje, aunque la realidad, es que los estudiantes copian las tareas literalmente de Internet. Esto provoca que los alumnos y alumnas recurran menos a las fuentes bibliográficas.
Además, la velocidad y el potencial de las TIC, han originado problemas en cuanto a la falta de tiempo para una reflexión crítica.
Y aunque los estudiantes cada vez vienen más a los centros educativos con más formación tecnológica y digital, los profesores agrandan tal brecha al resistirse a dar un uso tecnológico más educativo.
En cuento a la brecha digital, se esta creando un mundo dividido. Pues Internet está creado para aquellas personas que tienen acceso a Internet, frente a otras que no disponen de este servicio.
La brecha digital es definida por la OCDE como:
"la distancia existente entre áreas individuales, residenciales, de negocios y geográficas en los diferentes niveles socio-económicos en relación con sus oportunidades para acceder a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como al uso de la Internet, lo que acaba reflejando diferencias tanto entre países como dentro de los mismos...".
Como conclusión, podemos decir que la influencia de Internet en el proceso de enseñanza-aprendizaje es mayor de lo que se piensa.
Una de las razones principales, es que los profesores y profesoras no tienen una formación adecuada sobre ellas. Por tanto, no pueden dar una educación adecuada sobre las TIC, tanto a nivel académico como en la vida diaria. Entonces, nos encontramos con unos estudiantes que navegan solos por las redes, sin ser guiados u orientados sobre lo que pueden o lo que deben de encontrar.
Por último, debemos de educar a personas preparadas para el acceso a Internet, siendo capaz de: determinar la naturaleza y extensión de la información, acceder de manera eficaz y eficiente a la información y evaluar la información y sus fuentes de manera crítica.
Bibliografía:
Acuña, J. G. (2008). Estudiantes universitarios: entre la brecha digital y el aprendizaje. Apertura, (8). Recuperado de: http://www.udgvirtual.udg.mx/apertura/index.php/apertura4/article/view/96/324 OCDE, E. (). Manual de Oslo: Guía para la recogida e interpretación de datos sobre innovación. Recuperado de http://www.itq.edu.mx/convocatorias/manualdeoslo.pdf
Comments