La Clase de al Lado es un documental que muestra la realidad del sistema educativo en España. En este reportaje, aparece un grupo de alumnos del Instituto Juan de la Cierva.
Al principio, los jóvenes aparecen desmotivados, pero conforme van pasando las sesiones, se muestran mucho más animados.
En las sesiones, realizan una serie de dinámicas de teatro. Pero algo muy sorprendente, es que gracias a estas dinámicas van reconociéndose y aceptándose a sí mismos y aprendiendo a gestionar sus emociones.
Actualmente, la sociedad en la que vivimos nos ha impuesto una serie de acciones y hechos que debemos de realizar para tener “una vida exitosa”: desde ir al colegio, luego la ESO y Bachillerato, después ir a la universidad o realizar la FP, un máster, y para finalizar, un doctorado. Asimismo, solo tratamos de acumular títulos y títulos. Pero… ¿realmente los conseguimos por qué aprobamos o aprendemos? Todo ello está relacionado con el ámbito académico, pero si nos dirigimos al ámbito personal: tener pareja, casarnos, tener una casa e hijos, criarlos, etc. Por tanto, parece que, hasta antes de nacer, ya tenemos predestinado lo qué debemos de hacer.
El problema realmente es cuando te sales de esas directrices, ¿qué ocurre entonces? Pues entonces nos encontramos con gran cantidad de adolescentes que se desvinculan de la educación, o incluso, que haya personas qué realizan algún título que no le gusta, solo porque no puede acceder a lo que realmente les apasiona. Un gran problema para nuestra sociedad. Esto se puede apreciar en el documental, pues hay varios jóvenes que están realizando un ciclo que en verdad no les gusta, pero lo realizan para obtener el título, y así poder acceder a un futuro trabajo. Además, hoy día, el sistema educativo está basado en evaluar la memorización de los contenidos, y no, en si hemos aprendido de verdad.
Otro de los temas tratados en La Clase de al Lado, es la etiquetación a los jóvenes, no solo por parte del sistema educativo, sino también, por parte de amigos o familiares. Esto, no debe de realizarse, pues es algo bastante negativo, ya que se condiciona el comportamiento del individuo. Además, esta etiquetación se encuentra vinculado directamente con el efecto Pigmalión. El efecto Pigmalión se basa en la influencia que ejerce una persona sobre otra.
Por otro lado, tratar y trabajar la gestión emocional del alumnado en el aula es fundamental, pues ayuda a mejorar las habilidades sociales y las relaciones interpersonal. Además, favorece la autoestima y el rendimiento académico. También, disminuye el pensamiento autodestructivo, el índice de violencia y agresión, la conducta antisocial, previene el consumo de drogas, la tristeza, depresión, ansiedad y estrés.
En conclusión, se necesita un espacio y un tiempo en los centros educativos, para trabajar la gestión de las emociones. También, debe de aumentarse el número de personas en el ámbito educativo. Además, tenemos que evitar el etiquetamiento de los alumnos. Y, por último, nuestro sistema educativo debe de cambiar, para así poder frenar el abandono escolar y poder ayudar y educar realmente a nuestros jóvenes.
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