Por un lado, sobre la evaluación del desarrollo de la enseñanza respecto a, primeramente, el cumplimiento de los objetivos que propuse previamente en la unidad didáctica, se ha realizado todos y cada uno de ellos. Asimismo, la actitud y ánimo que han manifestado los estudiantes ha sido magnífica en todas las actividades sugeridas, demostrando altos niveles de motivación y compromiso. Sus posturas siempre han sido excelentes cuando se trataba de dar retroalimentación entre ellos y yo, lo que ha hecho más fácil la explicación de los contenidos.
Seguidamente, las actividades propuestas han sido diseñadas para una unidad didáctica de 10 sesiones. Además, ha sido bastante sencilla, aunque no la hayan visto en cursos anteriores. Cabe destacar que, se ha intentado aproximar los contenidos a aspectos de la vida cotidiana de los estudiantes, pues así, el alumnado podría comprender y asimilar mejor la unidad didáctica.
Posteriormente, la clase en general presentaba similares niveles de aprendizaje. Por tanto, para que todo el alumnado avanzase y el aprendizaje fuera lo más significativo posible, se presentaba al inicio de la clase pequeños recordatorios de lo realizado en sesiones anteriores. Además, se mostraban todas las actividades de la sesión al comienzo de la hora, para que así, el alumnado marcará su propio ritmo de trabajo.
Por otro lado, mi intervención en el aula respecto a la metodología utilizada (zona de desarrollo próximo, aprendizaje significativo y gamificación) han sido las indicadas para generar la máxima motivación en el estudiantado, propiciando así un aprendizaje de calidad. Es importante resaltar que, estas metodologías fueron seleccionadas con criterio, ya que las dos primeras semanas de observación, me hicieron ver cuáles serían las más acordes respecto al alumnado. Asimismo, todo fue pensado y adaptado a lo que el tutor hacía habitualmente. Además, los alumnos y alumnas brindaron un feedback acorde a lo esperado, creando unas sesiones agradables y fluidas.
Igualmente, la comunicación de los contenidos fue apropiada, pues se utilizó un tono de voz adecuado para que los alumnos escuchasen las aclaraciones pertinentes. También, se acompañó del lenguaje no verbal oportuno. Asimismo, solía colocarme a un lado de la clase para realizar la explicación. Sin embargo, mientras hacían las actividades solía desplazarme por las mesas o grupos, para poder apreciar cómo trabajaban los estudiantes o resolver dudas.
En cuanto a la capacidad de motivación del alumnado era muy alta, puesto que todas las actividades estaban elaboradas para conseguir el mayor grado de motivación (tanto intrínseco como extrínseco) posible.
La expectativa que tenía ante las sesiones era de incertidumbre y miedo ante si el alumnado comprendería correctamente estos contenidos, pues eran nuevos para ellos. Asimismo, pensaba en la dificultad de llevar a cabo ciertas explicaciones sobre la unidad, ya que eran estudiantes bastante inquietos y parlanchines. No obstante, todo salió bien y me lo pusieron muy fácil.
Debo señalar que, realicé un planteamiento inicial de las sesiones, que más tarde fui modificando según transcurrían las asambleas. Sobre todo, modifiqué la temporalización de cada actividad, ya que no conté con ciertos factores (conflictos, sesiones después del recreo, rezar al inicio del día, etc.).
Me sentí muy cómoda y creo que mi entusiasmo contagió a los alumnos y alumnas. Al final de la unidad didáctica, tuve la necesidad de conocer la opinión de los estudiantes respecto a cómo se había tratado este tema. Estos encontraron los ejercicios muy agradables y disfrutaron trabajando a través de juegos o actividades divertidas.
Por último, algo que debo mejorar, es la planificación del tiempo de las actividades, ya que puede haber varios factores que afectan a la sesión y acortan el tiempo de estudio. Además, otra cosa que debería mejorar sería la manera de dar las instrucciones, pues es preferible que sean orientaciones cortas y sencillas.
En conclusión, he elaborado el siguiente análisis DAFO del centro educativo.
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